Seco mis lágrimas en pos de amargas
letanías que arrastran consigo negras rosas repletas de espinas y de
pétalos sangrando.
Es el dolor latente el que describe con
tanto odio nuestra melancolía permanente.
Hoy extirpé de mi alma nuestros
recuerdos más inocentes pero no abandoné los signos de tu imágen
ni de tu mente. Es que solo el tiempo sabrá cuando yo tenga más que
suficiente.
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