Posted by Paul Raven
On miércoles, 4 de abril de 2012
La diferencia entre vivir desde el Alma
y vivir sólo desde el ego radica en tres cosas: la habilidad de
percibir y aprender nuevas maneras, la tenacidad de atravesar senderos
turbulentos y la paciencia de aprender el Amor profundo con el tiempo.
Sería un error pensar que se necesita ser un héroe endurecido para
lograrlo. No es así. Se necesita un corazón que esté dispuesto a morir y
nacer, y morir y nacer una y otra vez. Ser nosotros mismos nos causa
ser exiliados por muchos otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros
quieren nos causa exiliarnos de nosotros mismos.
Independientemente de
las afiliaciones o influencias colectivas, nuestro reto a favor del Alma
Salvaje y de nuestro Espíritu Creativo es no fusionarnos con
colectividad alguna, sino distinguirnos de quienes nos rodean,
construyendo puentes para regresar a ellos según elijamos. No podemos
controlar quién nos trae al mundo. No podemos influir en la fluidez con
que nos educan. No podemos obligar a la cultura a volverse
instantáneamente hospitalaria. Pero las buenas noticias son que, aún
después de ser heridos, aún en un estado feral, aún incluso en un estado
hasta el momento de captura, podemos recuperar nuestras vidas.
Si
permanecemos sólo como sobrevivientes sin avanzar hacia el
florecimiento, nos limitamos y cortamos la energía hacia nosotros y
nuestro poder en el mundo a menos de la mitad. Uno puede sentirse tan
orgulloso de ser sobreviviente que se convierte en un peligro para
cualquier desarrollo creativo posterior. A veces las personas temen
avanzar más allá del status de sobreviviente, por ser exactamente eso
—un status, una marca de distinción, un logro de “¡Maldita sea! ¡Apuesta
lo que quieras! ¡Más vale que lo creas!” Una vez que la amenaza ha
pasado, existe una trampa potencial en usar nombres asumidos durante la
época más terrible de nuestras vidas.
Crea una postura mental que es
potencialmente limitante. Ser fuerte no significa hacer brotar músculos
y flexión. Significa encontrarse con lo luminoso de uno sin huir,
viviendo activamente con la naturaleza salvaje de una manera propia.
Significa ser capaz de aprender, ser capaz de sostener lo que sabemos.
Significa sostenerse y vivir. Quienes no encuentran deleite en
aprender, quienes no pueden sentirse atraídos por nuevas ideas o
experiencias, no podrán desarrollarse más allá del punto en el camino
donde descansan ahora.
Si hay una sola fuerza que alimente la raíz del
dolor, es el rehusarse a aprender más allá del momento presente.
En
nuestra vida, aún cuando un episodio resulte en una caída fuerte o una
quemadura seria, siempre hay otro episodio esperándonos, y luego otro.
Siempre hay más oportunidades de hacerlo bien, de labrar nuestra vida
del modo en que merecemos tenerla. No pierdas tu tiempo odiando un
fracaso. El fracaso es mejor maestro que el éxito. Escucha, aprende,
sigue adelante.
Autor Desconocido
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