Desde el lado oscuro del tiempo me sonríe el dolor; a su lado, arrodillada, yace mi soledad, demostrándole sumisión. Rogando… desesperada, más de ese eterno castigo.
El rencor se disipo, evanesciendose junto al odio; pero el olvido nunca se presento… Y la oscuridad… otra vez… lo envolvió todo.
Las sombras nuevamente invadieron los pensamientos, extirpando de esta manera esa destructiva luminosidad que afectaba la acción y reacción, convirtiéndola en deseo.
Fue entonces que desperté; el sueño se esfumo, llevándose lejos… muy lejos, toda mi patética sensibilidad.
En el principio fue la oscuridad, oscuridad que sigue latiendo, clamando desde la profundidad; Dando lugar a un estado de intima conciencia. Encerrada en un oscuro misterio que se oculta en mi silencio abismal.
Me sumergí nuevamente en la profundidad, mientras me ahogaba en el misterios silencio…
La soledad, sigue arrodillada, rogándole al dolor-que aun me sonríe- un poco, solo un poco mas… mas de ese eterno castigo. Dulce castigo que nace en Tu oscuridad…